miércoles, 29 de abril de 2009

Inferencias e implicaciones pragmáticas.

El Principio de Cooperación de Grice (1975), equivalente a la condición de Sinceridad en Searle (1965), ha ocupado un lugar central en los estudios de Pragmática como el gran principio regulador de las relaciones interlingüísticas, hasta el punto de que las violaciones que en ocasiones le afectan pueden resultar cooperadoras, en cuyo caso se producen implicaturas para la captación del sentido de los enunciados. Sin embargo, no debemos pensar ni que el principio de cooperación es el eje único sobre el que gira la comunicación lingüística, ni que las violaciones experimentadas por él son siempre cooperadoras.

Definición: Su contribución a la conversación debe ser, en cada etapa de esta, tal como lo exija la finalidad o la dirección del intercambio verbal aceptada por ambas partes.

· La máxima de cantidad se formula así:
a) Haz tu contribución lo informativa que sea preciso en el intercambio.
b) No hagas tu contribución más informativa de lo necesario.
Esta máxima tiene que ver con la cantidad de información que es la adecuada en una situación dada.

-La máxima de cualidad es equivalente a la condición de sinceridad de Searle. Se condensa en “Procura que tu contribución sea verdadera”, desglosable en:
a) No digas lo creas que es falso.
b) No afirmes lo que conozcas insuficientemente.

-Máxima de relación: “Sé pertinente”. Es decir, habla de lo que es el tema de la conversación, y, por lo tanto, de lo que esperan que hables los que intervienen en ella.


-Máxima de manera: “Sé claro”. Esta máxima tiene que ver con el modo de decir las cosas para que sean fácilmente percibidas. Para ello:

a) Evita la oscuridad.

b) Evita la ambigüedad.

c) Sé breve.

d)Sé metódico

Si examinamos un prospecto tan normal como el incluido en Aspirina para adultos, podemos comprobar lo que venimos afirmando, violaciones al principio de cooperación que lo destrozan y lo dejan sin justificación.
En el apartado “Posología”, término que podría sustituirse por el más conocido “dosificación”, se lee: “Los comprimidos se toman desleídos en agua”, en donde el participio desleído, del verbo desleír, bien podía haberse sustituido por uno de los sinónimos diluidos, o deshechos en un líquido, mucho más conocidos y generalizados en el uso normal de la lengua.

En el apartado “Precauciones” descubrimos “la ingesta de ácido acetilsalicílico…”, donde la palabra ingesta es un nominativo plural de ingestus latino. La redacción con la palabra más conocida ingestión o el infinitivo ingerir, incluso con formas como tomar, consumir, etc. cooperaría con el destinatario para la comprensión.

En el mismo prospecto y apartado se incluyen términos como letargo, cefalea, emesis, lavado gástrico, carbón activado, hemodiálisis, diálisis peritoneal, dentro de expresiones amplias que harán que un paciente normal no se entere de nada.

El Gelocatil, que es otro medicamento de uso generalizado para aliviar cualquier molestia dolorosa, que se consume sin acudir al médico previamente, contiene unas indicaciones de las que acotamos algunas expresiones para justificar nuestras reflexiones:

El paracetamol es un analgésico y antipirético que pertenece al grupo de los no narcóticos, y por lo tanto, no produce la dependencia psicogenética y física característica de los analgésicos adictivos... El paracetamol no se interfiere con el PAS... pudiéndose usar asociado a uricosúricos para aliviar el dolor en el tratamiento de la gota. No afecta al tiempo de protombina ... El tratamiento consiste en aspiración y lavado gástrico”...

Fácilmente se podría haber redactado de manera de manera clara, justa y comprensible. En todo caso, si quieren incluir indicaciones técnicas para los médicos o farmacéuticos, podría optarse por la inclusión de dos prospectos, uno claro, justo, y ordenado, con tipo de letra de cómoda lectura, y otro más técnico con las precisiones y ampliaciones consideradas de interés para los facultativos.

Las implicaturas.

Se refieren a significados adicionales comunicados por el hablante, diferentes de lo que dice literalmente, e inferidos por el oyente.
Pueden ser convencionales o conversacionales. Las primeras se refieren a las que derivan directamente de los significados de las palabras y no de factores contextuales o situacionales. Las conversacionales son supuestos que se originan por lo que el hablante expresa en un determinado contexto compartido por los interlocutores, y en la presunción de que está observando el principio de cooperación.

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